(24 DE JULIO, 2023) Por J. Jesús Esquivel.
Los 301 del patíbulo
Washington – Sin que sea un proceso de exterminio, porque esto además es voluntario, cada 24 horas 301 personas en Estados Unidos pasan por el patíbulo del consumo exagerado de drogas sintéticas y mueren.
Aquí en el Averno, donde mis padrinos y por orden de excelentísimo Chamuco llevan puntualmente una bitácora de las almas perdidas, tenían oficialmente registrado el dato de que durante el 2022 fallecieron 288 personas todos los días en Estados Unidos por causa de una sobredosis.
Lamentablemente -aunque para bien de los bolsillos de los narcotraficantes- la cifra de muertos por adicción de las drogas sintéticas elaboradas principalmente con fentanilo se modificó.
El Centro para el Control y Prevención de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, entregó hace unos días los cálculos más cercanos a la realidad sobre la mortandad diaria por sobredosis de enervantes durante el 2022 y fueron 301 personas; no 288 como previamente se informó.
Un nuevo número récord en decesos por causa de las drogas, 110 mil al año y como pinta el 2023, el CDC en 2024 seguramente dará a conocer que, las 301 personas adictas a los psicotrópicos que pasaron cada 24 horas por el patíbulo, fueron fácilmente superadas en volumen este año.
Ataviado con sotana y rosario en mano, y que me perdone el Gran Chamuco por esta blasfemia, el gobierno federal estadunidense, todo; el Ejecutivo, Legislativo y Judicial, culparán de la pérdida de 301 almas diarias a los narcotraficantes mexicanos y exculparán a los suyos.
En el confesionario hipócrita de la política antidrogas de Washington, como malos oftalmólogos que son, andan siempre buscando la paja en el ojo ajeno sin entender que su ceguera es porque tienen una viga en el iris obstruyéndoles su triste y lamentable realidad.
Tras la actualización de las estadísticas en 2022 de la pandemia de consumo de drogas sintéticas elaboradas con fentanilo y de las muertes por sobredosis que dio a conocer el CDC, la Casa Blanca y el Capitolio entraron en una etapa de mutismo imperdonable.
Los fallecimientos, que por su volumen y frecuencia son estremecedores, reflejan el fracaso del gobierno y sociedad estadunidense para atender un problema de educación y salud que por décadas vienen arrastrando.
En el viacrucis de la adicción a las drogas en Estados Unidos, Judas Iscariote ya no es mexicano, desde hace unos años; unos 10 a tanteo de un buen cubero y no precisamente el empedernido Poncio Pilatos de Felipe Calderón que, viéndolo bien es por igual corresponsable de lo que ocurre en gringolandia; el traicionero de la cena es un güerito.
Los cárteles gringos son amos y señores del mercado en su país. Como buenos comerciantes abusivos de los marchantes con adicción incontrolable, los cárteles gringos manejan el transporte, la distribución y la venta de las drogas sintéticas elaboradas con fentanilo en todos y cada uno de los rincones del mercado negro de los Estados Unidos.
A granel los narcos gringos les compran a los mexicanos los narcóticos. Los cárteles mexicanos se encargan de poner la mercancía al norte del río Bravo y de ahí pal’ real, son sus contrapartes gringos lo que se encargan del resto. En Entre calaveras y diablitos hemos machacado hasta hacer sangrar a las teclas, la nueva realidad del trasiego de drogas en Estados Unidos. Es una falacia que ese mercado esté controlado por los cárteles mexicanos. Esa es la narrativa de la que echan mano el Capitolio y la Casa Blanca para omitir su responsabilidad.
Entre la información actualizada que reveló el CDC resalta un dato que encuera a la imparable demanda de drogas en Estados Unidos: la modernización del vicio. Pese a que los adictos estadunidenses están conscientes de que el fentanilo es una substancia química mortal, su gula por los enervantes sintéticos se expone con la nueva combinación de drogas que se están metiendo y que es de manufacturación nacional.
El CDC expuso que, de entre las 301 personas que perdieron la vida cada 24 horas en 2022, varias sucumbieron por el consumo de “goofballs”, cuya traducción en español son bolas tontas, y que es la combinación de cocaína con fentanilo.
Esta nueva droga provocará no únicamente más muertes entre la sociedad estadunidense, sino mayor producción de cocaína y fentanilo; lo que a su vez para México significará más violencia y más acusaciones infundadas por parte del clérigo hipócrita federal en Washington.